La lipólisis es el tratamiento no quirúrgico que busca descomponer la grasa localizada en zonas específicas del cuerpo.
En medicina estética, la lipólisis es el tratamiento no quirúrgico que busca descomponer la grasa localizada en zonas específicas del cuerpo. La técnica más conocida para lograrlo es a través del láser, pero también existen opciones que incluyen calor, frío o medicamentos inyectables.
En términos generales, la lipólisis se define como el proceso bioquímico en el cual se descomponen las grasas (lípidos) en el cuerpo. En medicina estética, en particular, es el tratamiento mediante el cual se reduce la grasa localizada de alguna parte del cuerpo por medio de la descomposición de la grasa, sin que sea necesaria una intervención quirúrgica o liposucción. Una vez descompuestas las grasas, el organismo las metaboliza de manera natural.
La lipólisis busca eliminar pequeños depósitos de grasa en zonas específicas del cuerpo, tales como:
La lipólisis láser –a la que suele llamarse lipoláser, laserlipólisis o lipólisis, a secas– es la técnica más común para lograr la descomposición y reducción del tejido adiposo de manera no quirúrgica. Sin embargo, en la actualidad existen diversas técnicas que permiten la reducción de grasa localizada sin cirugía:
Tu peso debe estar dentro del rango saludable
La lipólisis está recomendada para personas con un peso corporal dentro de un rango saludable que desean eliminar depósitos de grasa localizada en zonas específicas del cuerpo. No es la opción más adecuada para quienes presentan acumulaciones importantes de grasa, ya que en esos casos se sugiere una liposucción convencional, que permite tratar mayores volúmenes mediante cánulas más grandes.
La lipólisis está contraindicada para personas embarazadas, en período de lactancia, diabéticas, con presión arterial alta o con problemas cardiovasculares. Asimismo, no se recomienda en pacientes con la piel flácida o tono deficiente.
Es importante informarse y elegir a un especialista que tenga experiencia en lipólisis y, en particular, en la técnica de lipólisis a la cual se va a optar. Además, se recomienda visitar a más de un especialista para poder comparar y ver diferentes opiniones. Otro aspecto importante es revisar si es que el centro en el cual se desenvuelve cuenta con la certificación de la Superintendencia de Salud. Una vez escogido el especialista, es fundamental exponerle todas tus dudas e inquietudes.
Resuelve todas tus dudas en la cita de valoración
La primera cita consiste en una consulta de evaluación. El médico o cirujano realiza una evaluación integral del paciente, considerando factores como la cantidad de grasa corporal, el peso, la estatura y el grado de firmeza y elasticidad de la piel. Además, puede solicitar estudios complementarios para asegurarse de que el estado de salud general sea adecuado para el procedimiento. Es importante que en esta instancia puedas informar a tu médico sobre cualquier condición de salud preexistente o medicamentos que estés tomando.
Te recomendamos ir con todas las dudas que tengas anotadas para poder resolverlas ese mismo día. Asimismo, es importante pedirle al médico que explique en detalle cada uno de los procedimientos de lipólisis, así como los cuidados pre y post que requieren.
Según el tratamiento de lipólisis escogido, el médico entregará las recomendaciones adecuadas. Podría sugerir, entre otras cosas, suspender el uso de anticoagulantes y medicamentos antiinflamatorios durante las semanas previas al procedimiento y evitar la exposición al sol o el afeitado para no irritar la zona.
Lipólisis con radiofrecuencia
Es un tratamiento con muchas posibilidades
La lipólisis es un procedimiento que reduce la grasa localizada sin tener que pasar por el quirófano. Sus principales ventajas son:
La recuperación de la lipólisis variará según la tecnología utilizada. Los métodos no invasivos, es decir, que no requieren ningún tipo de incisión en la piel, como la lipólisis láser no invasiva, la criolipólisis, la radiofrecuencia, el HIFU y la cavitación, tienen una recuperación casi inmediata, pudiendo retomar las actividades normales al día siguiente o el mismo día. Luego del procedimiento, es normal que ocurra enrojecimiento en la zona y dolor leve o sensibilidad.
En el caso de la lipólisis láser mínimamente invasiva y de la lipólisis por inyección, la recuperación tardará entre 4 y 10 días, pudiendo retomar las actividades ligeras al día siguiente. Es posible que el paciente presente hinchazón en la zona (o endurecimiento, en el caso de la lipólisis inyectable), moretones y dolor leve. En el caso de la lipólisis láser mínimamente invasiva, es probable que el doctor recomiende el uso de una venda o faja de compresión, así como un control posterior.
En todos los casos, la lipólisis se realiza de forma ambulatoria, sin necesidad de ingreso hospitalario. Posteriormente a la intervención, el ejercicio y el esfuerzo debe ser limitado. También se sugiere a los pacientes evitar duchas con agua muy caliente para no acentuar síntomas de hinchazón o dolor.
Aunque la lipólisis ayuda a combatir los cúmulos de grasa que no pudieron ser eliminados ni con dieta ni con ejercicio, es importante destacar que de ninguna forma sustituye la dieta y el ejercicio. Por el contrario, es fundamental mantener una vida activa y una alimentación saludable si se quiere tener resultados duraderos.
Asimismo, quienes deseen realizarse una lipólisis, deben tener expectativas realistas sobre sus resultados y sospechar de aquellos especialistas que prometen resultados poco viables o precios demasiado económicos.