Exceso de vello

Existen muchas técnicas de depilación que pueden realizarse en casa o en salones de belleza:

• Afeitado: es el método casero más rápido y puede realizarse en cualquier zona del cuerpo. Es indoloro, pero no es permanente y pueden producirse cortes e irritaciones si se pasa la cuchilla demasiado deprisa. Contrariamente a lo que suele creerse, la cuchilla de afeitar no modifica la textura, el color ni el ritmo de crecimiento del vello.
   
• Cremas depilatorias: disponibles no sólo en forma de crema, sino también como geles y spray, estos productos sirven para disolver el vello justo debajo de la superficie de la piel, de modo que vuelve a crecer más afilado que con el método de afeitado. Sin embargo, proporciona resultados ligeramente más duraderos, en parte porque en la formulación de algunos de estos productos se añaden ingredientes con propiedades inhibidoras del crecimiento del vello. Este método, como el anterior, también es rápido e indoloro y muy fácil de hacer en casa, con el único inconveniente de tener un olor desagradable y apelmazarse un poco durante su uso. En general, el uso de estos productos es seguro, pero pueden causar irritación en la piel. Nunca deben utilizarse en zonas sensibles o mucosas. Hay que evitar absolutamente su uso en las cejas, cerca de los ojos o en zonas donde haya inflamación o heridas.
  
• Depilación con cera: en comparación con los métodos anteriores, el tiempo necesario es ciertamente más largo y es notoriamente más doloroso, pero también podemos decir que los resultados son mejores, más precisos y más duraderos, porque los pelos se arrancan de raíz. De hecho, si se realiza durante mucho tiempo, la depilación con cera provoca un deterioro del bulbo piloso, por lo que con el paso del tiempo los pelos volverán a crecer a menudo un poco más finos y suaves. El inconveniente es que hay que esperar a que los pelos estén suficientemente crecidos y visibles para poder hacerlo, ya que de lo contrario no será posible arrancarlos y hacer que la depilación se adhiera correctamente. 

A menudo se escucha hablar de depilación definitiva o permanente, pero antes hay que hacer una aclaración: ningún método de depilación es para siempre. En efecto, el láser y la luz pulsada tienen un efecto progresivo, de ahí la necesidad de muchas sesiones y a largo plazo. Por lo tanto, decir que se trata de un método permanente no es del todo correcto, aunque es cierto que los resultados duran mucho tiempo, incluso varios años. Los resultados y su duración son siempre subjetivos, por lo que es importante confiar en profesionales expertos en estas técnicas y no hacer comparaciones con los resultados obtenidos por otras personas, ya que cada caso es diferente.

Dicho esto, veamos cuáles son las diferencias entre los métodos de depilación que ofrecen los resultados más duraderos:

• Depilación láser: esta tecnología utiliza un intenso haz de luz para calentar y destruir el folículo piloso (pero no la piel circundante), con el fin de inhibir el futuro crecimiento del vello. La luz emitida por el láser se concentra en el pigmento del vello, por lo que funciona mejor en el vello oscuro y la piel clara; sin embargo, algunos láseres (como el láser de diodo o el láser de alejandrita) también están diseñados para su uso en pieles oscuras y bronceadas. De hecho, hoy en día existen muchos tipos de láser, y la elección de uno u otro dependerá principalmente del tipo de piel y vello del paciente, que será evaluado por el especialista u operador. Por término medio, se necesitan unas 5 sesiones para conseguir un buen resultado que lleve a una reducción del 70% - 90% del crecimiento del vello no deseado. Después, el re-crecimiento será progresivamente más lento y los nuevos pelos serán más finos y ligeros para caerse por sí solos, por lo que, una vez finalizado el primer ciclo de tratamiento, es posible que sólo se necesiten retoques periódicos y espaciados.
  
  
• Luz pulsada: el funcionamiento es muy similar al del láser, pero en este caso la depiladora funciona a través de la energía emitida por una lámpara de xenón que calienta el folículo piloso y lo destruye. En cuanto a resultados, duración y número de sesiones, no hay muchas diferencias respecto al láser, pero la ventaja es que funciona eficazmente incluso para el vello rubio. El tratamiento no es doloroso y sólo se recomienda durante el otoño o el invierno, cuando es más fácil proteger la piel de los rayos del sol que podrían provocar la aparición de manchas o irritaciones y comprometer el resultado.
  
  
• Electrodepilación: también conocida como electrólisis o electrocoagulación. Con esta técnica se eliminan pelos individuales introduciendo una diminuta sonda metálica, similar a una aguja, en el interior del folículo piloso. La sonda emite un pulso de corriente eléctrica que destruye el folículo mediante energía térmica, y, a continuación, se eliminan los pelos con la ayuda de unas pinzas. Se considera un método de depilación permanente en relación a los anteriores y también es válido tanto para la cara como para el cuerpo, sin embargo, con la llegada del láser y los aparatos de luz pulsada ha perdido popularidad y cada vez es menos popular y a menudo sólo se utiliza como complemento de estos dos tratamientos. La ventaja es que se puede utilizar para pelos de todas las pigmentaciones, incluidos los rubios o incluso los blancos, mientras que no es adecuado para quienes tienen el pelo rizado o encrespado. La duración de la sesión depende del tamaño de la zona a tratar, y esto también se aplica a las otras técnicas descritas, e incluso en este caso serán necesarias varias sesiones antes de que se vea un resultado óptimo. Al final del tratamiento, la piel aparecerá enrojecida durante unas horas. El procedimiento no es doloroso, pero en algunas zonas más sensibles, como la ingle o el labio superior, puede resultar más incómodo.