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Antes la ortodoncia era un tabú, debido a su imagen tan poco estética, pero en la actualidad las cosas han cambiado radicalmente, ahora se ha convertido en una opción efectiva y hasta atractiva de mejorar el aspecto de los dientes. Lo mejor de todo, es que las técnicas no paran de mejorar, por lo que en algunos años más todo podría ser mejor aún.
Aunque hay muchas opciones para mejorar la forma de los dientes, en ese artículo nos vamos a centrar en las más conocidas, las cuales se destacan por su facilidad para mejorar el aspecto estética, y porque no necesitan de una intervención mayor. Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es una ortodoncia?
La ortodoncia, también llamada ortognatodoncia, es una rama de la odontología que se ocupa de corregir la mala posición de los dientes y la mandíbula. Si no se interviene, se podría tener problemas no solo estéticos sino también relacionados con la salud. Los dientes que no están bien posicionados son más difíciles de limpiar y, por tanto, tienen más riesgo de sufrir caries y enfermedades periodontales. Una mala masticación, además, puede causar dolor de cabeza, cuello y espalda. Para corregir esta fastidiosa tendencia el ortodoncista se sirve de un aparato que mejora la posición de los dientes: aparato dental, frenillo o bracket.
Los tipos de frenillos
Los frenillos ejercen una fuerza sobre los dientes, concretamente en el periodonto, que obligan al desplazamiento dental, corrigiendo el problema de los dientes torcidos. Existen diversos tipos de aparatos que son elegidos por el ortodoncista en función de la gravedad del problema. Presentamos aquí tres modelos de frenillos usados en la ortodoncia:
- Frenillos fijos.
Son los frenillos o brackets más comunes. A través de una estructura de alambres, bandas y plaquetas colocadas en la parte frontal se ejerce una presión constante que permite mover los dientes hasta su posición correcta. Cada mes los alambres se mueven lentamente para conseguir el resultado deseado. El tiempo de utilización de este aparato puede variar desde pocos meses a algunos años. Respecto a los antiguos brackets, los nuevos modelos resultan menos invasivos desde el punto de vista estético, cambiando los antiguos alambres metálicos por otros transparentes. La desventaja de este tipo de aparato es la dificultad para mantener una correcta higiene bucal, fomentando la proliferación de placa. Por ello, el ortodoncista puede recomendar el uso de un buen colutorio. Los precios varían según el problema del paciente y la duración del tratamiento.
- Aparatos removibles.
Este tipo de aparatos están indicados especialmente para los niños porque pueden ser usados con los dientes de leche. En estos casos se deberán poner solo unos ratos al día. Estos aparatos removibles están personalizados, ya que se han creado en laboratorios siguiendo la forma de la arcada y del paladar. Únicamente estos aparatos se cambian por unos fijos cuando salen los dientes definitivos. El uso del aparato removible reduce el tiempo de tratamiento del fijo. Otra ventaja de los aparatos removibles es que ofrecen la posibilidad de llevar a cabo una higiene bucal normal. Al principio pueden causar irritaciones de encías que tienden a desaparecer con el uso constante. Es necesario, sin embargo, prestar atención a no dañar el aparato durante el momento de ponérselo o quitárselo. El precio de un aparato removible oscila entre los $150.000 y los $200.000 pesos.
- Aparatos linguales.
Se basan en la misma estructura que los frenillos fijos, pero en este caso las plaquetas o brackets se encuentran en la parte interna de los dientes. De este modo, se resuelve el problema estético, ya que la apariencia es totalmente invisible y tienen un menor impacto en el esmalte dental que los frenillos fijos. Aunque en este caso, el precio varía según las características del paciente.
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¿Y el precio?
No todo lo que importa es estética, en el caso de aquellos pocos afortunados con presupuestos fijo, es decir, la gran mayoría de la población, el precio del aparato es un punto clave a la hora de elegirlos. Vamos a ver cuáles son los más económicos, aunque ten en cuenta que esto es relativo, ya que cada equipos viene con diseños especiales, adaptables a la problemática del caso del paciente.
De todos los equipos que acabamos de ver los más costosos son los aparatos removibles, ya que no estamos hablando de un solo equipo, sino de varias prótesis que se van ajustando con el paso de los meses. Además, debido a su forma, el tiempo de duración para corregir los dientes es mucho mayor que con las otras dos opciones antes mencionadas, por lo que a la larga, el precio total de todo el tratamiento puede fácilmente superar el doble que cualquiera de los otros. Aunque, como ya dijimos al principio, todo es variable.
El segundo lugar de los equipos más costosos son los aparatos linguales. El precio sube no tanto por los materiales, porque estos son los mismos que los frenillos fijos tradicionales, sino por el tipo de instalación, el cual requiere de una destreza mayor por parte del especialista. Aunque su efectividad es más rápida que la de los aparatos removibles, su posición interlingual los hace de acción más lenta que los frenillos fijos.
Frenillos fijos, los más económico y de acción más rápida, son equipos resistentes y convencionales, con precios adaptables incluso a las personas con presupuestos más reducidos. Aunque el valor total de la instalación puede variar por el tipo de material a usar, que puede ir desde el clásico metal hasta la cerámica, lo cierto es que si lo comparamos con las otras dos opciones, resultan muy accesibles.
Si te interesa conocer más sobre los tipos de aparatos de orotodoncia en el mercado, te invitamos a que consultes con un especialista en nuestra sección de pregunta al doctor. 👄🤓
