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¿Te gustan los tratamientos estéticos y las cirugías plásticas? No te asustes, es una tendencia que va en aumento. Sin embargo deberías prestarle cierta atención a algunos test o ciertas situaciones que te podrían indicar que eres un adicto a las cirugías, en ese caso debes recibir apoyo por parte de un profesional en psicología.
Actualmente el número de personas que se han realizado algún tratamiento estético va en subida y aunque se aconseja tomar las situaciones de manera prudente y con templanza, las ganas de verse mejor y lucir un rostro y cuerpo agradable a la vista está superando las expectativas. Es positivo que se le dé importancia a lo físico para tener también armonía interna, pero siempre que los tratamientos o intervenciones sean con moderación y con especialistas en medicina estética.
Un retoque en la nariz, en las arrugas de expresión, una micropigmentación, un aumento o reducción de pecho, liposucción etc., brindan muy buenos resultados tanto a nivel estético como psicológico, pues mejora la autoestima de la paciente. Según las experiencias que han vivido mujeres y hombres que se han realizado alguna intervención, siempre el resultado termina en satisfacción, puesto que los retoques eliminan complejos y trabas que impiden un buen funcionamiento en sociedad.
En esa línea, el arreglarse, seducir y verse cada día mejor es sanador y positivo, pero si esta situación es un comportamiento obsesivo, claramente se enturbia la finalidad. En el mundo es asombroso la cantidad de intervenciones quirúrgicas relacionadas con la cirugía estética. De hecho, en 2015 se practicaron unas 21 millones de intervenciones de este tipo a nivel mundial.
Muchas veces depende del grado de realidad de cada persona la satisfacción de las cirugías. En la mayoría de los casos, las personas que pasan por el quirófano se sienten satisfechas una vez que los resultados definitivos se pueden apreciar. Pero existe un número mínimo de personas para las que el resultado siempre es insuficiente. Entonces ¿cuándo podemos hablar de adicción?
Cuando la imagen es más importante que la realidad
Los parámetros normales es que una persona sienta interés en verse bien, pulcro, atractivo para él y los demás. Pero ¿cómo saber cuándo alguien está sobrepasando los límites?Todas las adicciones implican que aquello a lo que la persona es adicta acaba gobernando su vida. Se puede ser adicto a muchas cosas, incluso a la cirugía estética.
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La verdad es que es muy fácil detectar a una persona con características adictivas a la belleza. Se trata de personas que están todo el día pendientes de su imagen. Gasta dinero excesivo en productos y tratamientos de última generación y nunca se siente del todo satisfecho con los resultados obtenidos.
Están constantemente revisando que parte de su cuerpo se pueden retocar, incluso aquellas que ya han sido sometidas en alguna ocasión a una cirugía estética.
Un test sencillo a realizar es preguntarle a una persona qué parte de su cuerpo cambiaría, la gran mayoría siempre indica una, dos o tres partes de su cuerpo, pero en el caso de un adicto a los tratamientos estéticos no hay nunca una respuesta razonable. Le molesta su nariz, no le agrada la forma de sus senos, las caderas están anchas o angostas, sus labios son muy delgados… etc, incluso aunque ya se haya realizado varias operaciones en dichas zonas de igual forma le gustaría seguir modificándolas.
Los cirujanos deben lidiar diariamente con personas con estas características, pero en realidad hay algunos ejemplos más a continuación.
Prototipos de pacientes que se realizan cirugía estética
*Los sanos. Calificados así por los propios médicos, se trata de personas que no están conformes con alguna parte de su cuerpo y deciden pasar por una intervención. Tienen muy claro lo que quieren, se dejan aconsejar por el especialista, buscan siempre médicos y centros de referencia, y se informan adecuadamente sobre la intervención a la que se van a someter.
*Los impulsivos. Son personas que por una situación u otra, están pasando un momento difícil en su vida y piensan que un cambio en su cuerpo puede ser una buena forma de mejorar la autoestima y, en algunos casos inclusive, de solucionar su problema. Se da mucho que las personas que dan término a una relación de pareja deciden aumentar su talla de seno o combatir la alopecia para iniciar una nueva vida. Por supuesto que lo ideal y correcto es estabilizar primero la situación a nivel psicológico y emocional para luego tomar decisiones sobre su cuerpo.
*El adicto. Más común de los que se piensa, este perfil se trata de personas que siempre quieren más y tienen muy poca tolerancia a los cambios en su cuerpo, especialmente los relacionados con el proceso natural de envejecimiento. Se habla de adicción no por haber pasado por diferentes operaciones, sino precisamente por esa poca tolerancia ante los cambios normales del organismo.
Dado este último caso, lo más recomendable es que el adicto pase por unas sesiones de terapia con un psicólogo o profesional en estos temas. Si se les incita a reflexionar, se suele ayudar a ver lo que realmente quieren conseguir con un cambio físico, muchos logran identificar que el cambio a nivel corporal no ayudará a mejorar lo realmente importante.
El mercado de la belleza es tan amplio que se ha banalizado la cirugía plástica. Es cierto que muchas intervenciones que se realizan hoy en día son sencillas, pero pasar por un quirófano siempre implica un riesgo. La cirugía no debería venderse como un mero producto de consumo, sino que se trata de una alternativa y/o solución para mejorar tanto físicamente como psicológicamente la vida de una persona.
*Los dismorfofóbicos. Se les suele confundir con adictos, pero realmente no son lo mismo. Aquí estamos ante un problema mucho más grave, puesto que la persona no tiene una visión realista de su imagen y es capaz de ver defectos allí donde no los hay.
Este tipo de personas suele pensar que la cirugía le va a hacer feliz; tras pasar por quirófano se da cuenta de que no se sienten mejor, por lo que vuelve a pensar que otra operación le ayudará, y así va entrando en un círculo vicioso del que solo se puede salir con ayuda de profesionales de la psicología y la psiquiatría.
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Responde algunas preguntas y saca tus propias conclusiones.
¿Te consideras un adicto a las cirugías estéticas?
Según los tipos de pacientes ¿Cuál eres tú?
¿No puedes dejar de consultar revistas sobre estética?
¿Gastas más de lo que tienes en tratamientos o intervenciones de belleza?
¿Has pasado por alguna intervención quirúrgica y piensas que necesitas muchas más para conseguir el cuerpo que quieres?
¿Cuidas de manera excesiva tu cuerpo y es lo único que te hace sentir bien?
¿Ya no conversas de tu interés sobre las cirugías y lo mantienes en secreto?
¿Sientes que todo lo que haces para cuidar tu cuerpo no es suficiente?
¿No dejas de pensar en la forma de mejorar tu imagen?
Luego de contestar con sinceridad, si todas las respuesta han sido "Sí" a la mayoría de estas, es bastante posible que tengas un problema de adicción a la cirugía estética, por lo que deberías ponerte en manos de un profesional de la psicología que te ayude a sentirte mejor contigo mismo/a al margen de cómo sea tu cuerpo.
Ante todo hay que estar estable psicológicamente para tomar determinaciones como lo es someterse a una cirugía estética, con todo lo que eso significa. Lo importante es cuidarse diariamente, respetarse, alimentarse adecuadamente, realizar ejercicios o actividades recreativas y siempre informarse a detalle sobre un proceso estético, en caso de querer aplicarlo.
Si tienes más dudas sobre el tema o quieres saber vivencias de otras personas, te invitamos a que ingreses en nuestra sección de experiencias. 🤕🧑🏻⚕️
