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Es muy normal que los padres se preocupen cuando a su bebé le ha salido un hemangioma, también llamado angioma, pero para alivio de todos, estos bultos rojos o azulados no son un problema mayor y se puede llegar a curar por sí solos. Hay casos que requerían de más ayuda, pero con excelentes resultados.
El hemangioma es un bulto más o menos grande y de color rojo o rojo azulado que, puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo. Se le considera un tumor porque está formado a base de células que se multiplican, pero es un tumor benigno. No se trata de una patología extraña, sino bastante habitual ya que, este bulto rojo aparece en hasta un 8 % de los lactantes.
Probablemente, en la mayoría de los casos, el angioma puede causar un problema estético, y en algunos puede llegar a causar molestias dependiendo del lugar en el que haya aparecido. Por ejemplo, si está en el párpado puede dificultar la visión, si está en la boca puede afectar a la deglución, y en aquellos casos en los que sea muy grande, puede sobrecargar al corazón.
¿Cuál es la causa de su aparición?
Aún no se da con el resultado exacto de su germinación. Hay diversas posturas y teorías frente a esto, hay quien piensa que se trata de pequeños trozos de placenta que han quedado implantados en la piel del bebé, y quien opina que surgen como medida para suplir una falta de oxigenación de los tejidos durante el proceso de desarrollo embrionario.
Se tiene la certeza de que no son hereditarios, ni se producen con mayor incidencia en un lugar o en otro. Pero según los datos, se ha logrado determinar que aparecen con más frecuencia en niñas, en bebés prematuros y en niños que tienen un bajo peso al nacer.
Tipos de hemangioma
Angioma fresa. Es el más frecuente, suele tener de 2 a 5 cm de diámetro (o más grandes) y se caracterizan por ser sobresalientes en relación a la piel que los rodea. En bebés suelen aparecer en los primeros meses de vida, tienen un crecimiento lento y una regresión también lenta, pero acaban desapareciendo casi por completo. La regresión se suele dar, en un 50% de los casos, sobre los 5 años de edad.
Angioma cavernoso. De color azulado y es el más profundo, con márgenes indefinidos. Su tamaño no supera los 6 cm. Poseen una fase de crecimiento, otra de estabilización y una última de regresión, pero en algunos casos puede suponer problemas estéticos que requieren de tratamiento quirúrgico.
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Mancha de vino de Oporto. Poco frecuente y tiene un color rojo o rojo azulado, habitualmente emerge en la cara o en el cuello. Es liso y puede llegar a ocupar una gran zona.
Mancha salmón. Se trata de una lesión vascular de aspecto sonrosado en zonas como la nariz, la frente y la región occipital. Las lesiones de la cara desaparecen siempre, pero las de la zona occipital pueden perdurar por más tiempo.
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¡Inofensivos! ¿O no?
Los hemangiomas pequeños no suelen dar mayor problema y hasta es común que con el paso del tiempo se aplanen y desaparezcan, pero hay angiomas que pueden llegar a ser peligrosos en función de la parte del cuerpo en la que estén, puesto que pueden llegar a obstruir las vías aéreas, e incluso pueden llegar a aparecer en órganos tan importantes como el hígado.
Deben ser vigilados y controlados para que no se ulceren y puedan llegar a causar más molestias.
¿Qué hacer si aparece?
Si a tu niño/a le ha salido un hemangioma, lo mejor es consultarlo con prontitud al pediatra. Debe ser el profesional quien examine el bulto y determinar si hay que aplicar algún tratamiento específico.
Seguramente y para hacer un buen diagnóstico, en ocasiones puede ser necesario hacer una tomografía computarizada o una resonancia magnética. El tratamiento va a depender de factores como el tamaño, la localización y la gravedad del angioma.
Sus tratamientos
Los corticosteroides se suelen administrar a través de una inyección o bien por vía oral, y se aplican normalmente en hemangiomas de crecimiento tardío que son desfigurantes, implican compromiso vital o posibles secuelas visuales. Su eficacia se puede comprobar en tan solo unos días, y el tratamiento se debe mantener durante unas semanas bajo control médico.
Los corticosteroides suelen provocar efectos secundarios, por lo que el tratamiento suele implicar la toma de otros medicamentos para evitar dichos efectos secundarios. En aquellos casos en los que no se consiguen los resultados buscados con los corticosteroides, se pasa a la aplicación de interferón.
Cuando el angioma está en la zona nasal, se recomienda la cirugía tan pronto como sea posible. Lo que se busca es evitar el desplazamiento y destrucción de los cartílagos. Esta eliminación favorecerá el normal desarrollo de la nariz.
Otro tratamiento eficaz es el láser, ampliamente popularizado para los angiomas. Es útil para tratar lesiones netamente superficiales o la porción superficial de los hemangiomas profundos; también se recomienda para el tratamiento de ciertos angiomas ulcerados.
El único límite va a depender de la profundidad del angioma, ya que la luz pulsada no llega más allá de los 2 o 3 mm.
¿Y en adultos es posible su aparición?
Sí, este tipo de tumores benignos también pueden aparecer en adultos. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, y suelen estar en la zona de la cabeza y el cuello.
Habitualmente, se localizan en la frente, en la zona del crecimiento del cabello, cerca de la nariz, y en las mejillas. No se descarta su aparición en el área genital, en este caso se requiere de un especial cuidado, porque es más frecuente que se infecten o se ulceren.
Es fácil notar en la piel la aparición de una mancha irregular de color rojizo o azul, así como un pequeño bulto. Por lo que se detecta bastante pronto. Los hemangiomas tienen un crecimiento rápido, por lo que hay que ponerse en manos del especialista cuanto antes para evitar su crecimiento.
Entonces, las opciones van desde los tratamientos farmacológicos al uso del láser, e incluso al paso por el quirófano, si fuera necesario.
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